LORI MEYERS + WIGGUM: Personalidad y fuerza

Otra cosa no, pero que queríamos ver a Lori Meyers y Wiggum tocando en el mismo escenario antes de que terminara 2013, eso lo teníamos más que claro. Tan claro como que aquella iba a ser una noche especial. Una noche de esas que terminan con un intenso suspiro de satisfacción. Estamos hablando del que fue nuestro último concierto del año, el pasado 27 de diciembre, en la sala Razzmatazz de Barcelona. 

Allí confirmamos lo que veníamos sospechando desde hace algunos meses. Uno, que Wiggum no paran de crecer, con un proyecto sólido y mucho gancho. Dos, que Lori Meyers mantiene intacto su tirón en tierras catalanas. Parece que Impronta, lejos de lo que al principio pudimos pensar, ha calado hondo y se notó, se notó mucho en el enloquecer del público cuando tocaron temas como "El tiempo pasará" o "Emborracharme". Pocas fueron las almas que no gritaron a pleno pulmón lo de "Y con las ganas que ahora tengo de follarte". Pero, aún disfrutando al máximo de los temas nuevos, lo que a nosotros siempre nos seducirá de Lori son sus temas "antiguos". Esos que nos transportan a los primeros conciertos, a la sensación de estar descubriendo un diamante en bruto. Temas como "El dilema", "Tokio ya no nos quiere" o "Sus nuevos zapatos". Ahora el diamante brilla y brilla y parece que la luz no se va a desvanecer en tiempo. Antes de Lori, unos Wiggum pletóricos mostraron sus mejores armas para presentar La Guerra Mundial, su último álbum. Guitarras ruidosas y directas, melodías nacidas para que se te metan en la cabeza sin que te des cuenta, letras aparentemente sencillas pero con gran presencia de los dobles sentidos, calidad sonora y diversión sobre el escenario. Lo disfrutan y lo transmites. Así es difícil no caer bajo el influjo de unos temas que, en muchos casos, suenan como verdaderos himnos. 

Esther M. Piedrafita

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